Austria Salzburg: La primera víctima de Red Bull

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Históricamente solo se nos ocurría un motivo para fundar un nuevo club de fútbol: un grupo de jóvenes llenos de ilusión que se reúnen para jugar y competir. Aunque a veces se nos olvide, así fueron los inicios de los grandes clubes del mundo como Bayern, Barça o Manchester United, aunque ahora sean instituciones que mueven cientos de millones de euros al año. Pero en los últimos años han nacido otro tipo de corporaciones, que invierten en el deporte dentro de su estrategia de marketing, con el principal objetivo de vender más productos. Esa es su razón de ser y lo que amenaza el futuro de un juego que cada día se aleja más de sus orígenes, de ese grupo de jóvenes que solo buscaban pasar un buen rato.


El ejemplo más claro de este nuevo fútbol es el grupo Red Bull. Su CEO Dietrich Mateschitz decidió desde sus inicios ligar la marca a las actividades extremas y más adelante a deportes más populares como la Fórmula 1 o el fútbol. Para abrirse camino en este último, la empresa de bebida energética ubicada en Austria decidió no salir de su país y puso su punto de mira en la preciosa ciudad de Salzburgo, conocida principalmente por ser la cuna de Wolfgang Amadeus Mozart, uno de los mejores músicos de todos los tiempos.

 

Misa de réquiem en Re menor

El Austria Salzburg nació en 1933, dos décadas después alcanzó la máxima categoría del fútbol austriaco pero no fue hasta los años 90 cuando vivió sus años de gloria bajo el nombre de Casino Salzburg. Los violetas lograron 3 títulos de Liga y alcanzaron la final de la Copa de la UEFA en la 93/94 donde cayeron ante el Inter de Milan. Todo cambió en los años posteriores cuando el club se encontró al borde de la bancarrota y estuvo a punto de descender en varias ocasiones. La hinchada necesitaba un revulsivo, este pareció llegar en 2005 pero la banda sonora de aquellos años fue finalmente el popular réquiem de Mozart.




 

La llegada de Red Bull tuvo en un inicio una reacción muy positiva en la gente como nos comenta Stefan, responsable de comunicación del actual Austria Salzburg. “Por fin teníamos un sponsor rico, una compañía del país donde el dinero no era un problema. Nuestra deuda fue cancelada. El futuro se veía con optimismo, pero pronto algunos aficionados se empezaron a preocupar. El dinero está bien, pero… ¿cuáles eran sus planes? ¿Qué iba a cambiar?”.

 

Aquello fue una gran sorpresa para todos porque Red Bull hasta ese momento no había tenido ninguna relación con el fútbol. No hubo rumores, la negociación fue totalmente secreta hasta que concluyó. Adquirieron la mayoría del Salzburg Sport AG, la compañía que tenía los derechos del club y con ello pasaron a tener su total control. “Pensamos que Red Bull no suele ser un sponsor que da dinero para que otro gestione el club. ELLOS controlan todo. ELLOS toman las decisiones”. A una parte importante del público no le importó, buscaban el éxito del equipo y tragaron con todo: cambio de nombre, de escudo, de colores… hasta los nuevos propietarios quisieron borrar de su palmarés los títulos de su predecesor, pero la Federación austriaca no se lo permitió. En definitiva buscaban eliminar cualquier rastro del Austria Salzburg.

 

“Aquellos que habíamos sufrido toda la etapa más dura del Austria Salzburg y queríamos mantener aquel recuerdo pronto fuimos un dolor de cabeza para Red Bull. Hubo una negociación con ellos para recuperar los colores violeta y blanco y para que no se perdiera la extensa historia del club. El nombre nos daba igual. Ya nos habíamos acostumbrado a tener un patrocinador en el pasado y seguíamos llamando al equipo Austria Salzburg sin importar el sponsor”. Los principales grupos de aficionados respetaron las negociaciones y decidieron no atacar a Red Bull hasta encontrar una solución. Todo cambió cuando los nuevos dueños prohibieron la entrada a ciertos aficionados al estadio y aquello provocó la ruptura de cualquier posible acuerdo.

 

Antes de un partido contra el Ried fuera de casa varios miembros de diferentes grupos ultras se reunieron en un restaurante cerca del anterior estadio y decidieron que la creación de un club fénix (nombre con el que se conoce a los clubs que reemplazan a otro que generalmente ha dejado de existir por motivos económicos) sería la mejor solución. En ese momento comenzó a gestarse el nacimiento del nuevo Austria Salzburg.


 

La flauta mágica

Con la flauta mágica de Mozart de fondo, esa obra que es una parábola de la lucha entre la luz y la oscuridad, llegamos al 29 de julio de 2006. Menos de un año después de ser registrado como club, el Austria Salzburg resurgía de sus cenizas y disputaba su primer encuentro en el que vencía por 6-0. Este fue el inicio de un éxito continuado que les llevó a lograr 4 ascensos consecutivos. Actualmente se encuentran en Tercera División peleando por subir a Segunda, una categoría que llegaron a saborear hace unos años. Sin embargo la situación del covid ha complicado el futuro de un club que ya iba arrastrando problemas financieros en las últimas temporadas.

 

“El covid ha hecho todo más difícil. Jugar tantos partidos sin afición ha sido un enorme problema para nuestras finanzas, pero el Austria Salzburg no es un club normal. Los aficionados ayudaron mucho en esta primera fase con su apoyo económico. Organizamos partidos virtuales donde los fans compraron entradas como si se tratara de un día cualquiera. Esto nos ha ayudado a mantener nuestras operaciones de una manera normal, lo que se puede llamar normal en estos días.”


 

El club fue uno de los primeros en traer de vuelta a los espectadores al estadio. Un proceso complicado que sirvió de ejemplo para trasladar a otros eventos deportivos del país y que ha conseguido que no se haya trackeado ni un solo caso de covid que proviniera de sus instalaciones. “La temporada ha vuelto a cortarse y no volverá hasta marzo por el frío. Vamos segundos y estamos muy confiados en poder lograr el ascenso a la segunda categoría del fútbol austriaco. Tenemos que mantenernos en una situación financiera estable, sin deudas y todo esto tendrá sentido”.

 

Pequeña serenata nocturna

El futuro del Austria Salzburg se ve con optimismo, con el ritmo del allegro de esta famosa obra de Mozart. Ellos hacen su camino sin nada que ver con el equipo de Red Bull que ha instaurado una “dictadura deportiva” en la Bundesliga austriaca. Aunque no hay ninguna relación directa con ellos, sí que hay un constante trasvase de jóvenes jugadores del campeón austriaco al Austria. “Esto se debe a cómo funciona el deporte en el país. Los equipos de la máxima categoría son los que tienen las academias, así que los mejores jugadores de la región pasan por su sistema de formación en algún momento de su carrera”.

 

El Austria es uno de los equipos de fútbol popular más queridos de Europa y guarda una relación muy fluída con varios clubes similares, sobre todo con el United of Manchester, otro de los referentes del continente. Uno de los momentos que guardan con gran cariño fue su visita a An der Alten Försterei, feudo del Union Berlin. En un momento financiero complicado, los de Köpenick les cedieron toda la recaudación del encuentro ayudándoles así a equilibrar las cuentas. “Esperamos no tener que devolverles el favor. Eso significará que las cosas les seguirán yendo tan bien como hasta ahora - Bromea Stefan.



Como curiosidad casi personal y para concluir le pregunté a Stefan por el guardameta Otto Konrad, tres veces campeón de Bundesliga austriaca con el Casino Salzburg, que tras su tremendo éxito en su país fichó por el Real Zaragoza. “Otto fue uno de los mayores artífices de nuestro éxito en los 90. Todo el mundo aquí recuerda la tanda de penaltis contra el Eintracht de Frankfurt donde paró dos y marcó el definitivo para meternos en semifinales de la UEFA. Su paso al Real Zaragoza quizás no fue un buen movimiento, allí no encajó y no pudo mostrar todo su potencial. Todavía vive en la región y está en contacto con nuestro club. Una vez organizamos un concurso donde el premio estrella era tener una cena con el mismísimo Otto Konrad. Fue un gran éxito.

 

Todos estos momentos míticos del club, como los que recordábamos de Otto Konrad, son a día de hoy propiedad de un Red Bull que para más inri reniega totalmente de ellos. El actual Austria Salzburg espera mantener viva la llama de un equipo que de un día para otro perdió su alma para vendérsela a una empresa que solo busca aumentar sus cifras de ventas. No les importa lo más mínimo ni el aficionado ni el histórico legado de un club que nació gracias a un grupo de jóvenes que solo querían pasárselo bien con sus amigos en la Salzburgo de los años 30...


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