Los jugadores del Extremadura UD posan en el último encuentro ante el Racing. |
Un 24 de Junio de 2018, hace apenas un lustro, el Extremadura UD le daba una alegría a su afición y a todo el pueblo de Almendralejo. La victoria ante el Cartagena solo podría significar una cosa...eran equipo por fin de Segunda División, llegaban a la categoría de plata. Una Liga Smartbank en la que permanecerían durante dos temporadas, después caerían a Segunda B, ahora Primera RFEF. El descenso no era más que una señal, los primeros brotes de la letal enfermedad que acabaría por ahogar al club hasta una muerte anunciada.
Las sociedades anónimas deportivas, dejan a otra afición al borde del abismo, muy cerca de quedarse huérfana del Extremadura UD
Un día quedaba para la navidad, tiempo de familia y unión, cuando irónicamente, en Almendralejo conocían la noticia que llevaba varios días rondando, estaban a punto de perder a uno de los miembros más importantes de la familia. Aquel que les hizo vibrar, soñar con el ascenso de hace pocos años, vivir la experiencia de Segunda. Como de costumbre, las grandes culpables de la situación han vuelto a ser la directiva y la gestión económica de la misma, y con ello el habitual villano de estas historias, las S.A.D. Unas siglas que han hecho mucho daño al fútbol español, aunque llegaron precisamente para salvarlo de las malas gestiones económicas. Este concepto que promueve los intereses ajenos por delante de los de club y afición no ha hecho más que causar desgracias y hundir clubes casi cada temporada desde hace 20 años. En este caso en el Extremadura UD están cerca ha pasado de las siglas S.A.D a las de D.E.P. Un descanso que no será en paz ya que la afición y el pueblo, podrían perder uno de sus emblemas, el fútbol.
La decisión ha caído como una losa, el despacho de administrador concursal declaró la más terrible noticia. Ningún inversor quiso comprar el equipo, así pues, el club deberá proceder a su liquidación. Los jugadores llevaban ya varios meses sin cobrar, cosa que les llevó hasta a una huelga. De poco sirvió la junta de acreedores que se llevó a cabo en octubre para intentar solventar las deudas, pues la acumulación de impagos han terminado de hundir al club. En el equipo esperan aún la llegada del capital de una entidad llamada "Khalifa" que jamás ha hecho acto de presencia en Almendralejo, pese a la firma de un supuesto contrato sobre un ingreso de liquidez de más de un millón de euros.
Una situación in-extrem-adura
El club tiene ahora una ínfima posibilidad de no desaparecer, de aferrarse a las pocas constantes vitales que le quedan. Una situación que hasta su entrenador ha calificado de "insostenible" aunque apela a mantener la "esperanza". Unas esperanzas que pasan porque el club reciba el millón y medio de euros que necesita para salir a flote. Una cantidad que podría llegar sí realmente "Khalifa" decide hacer acto de presencia en Almendralejo, y hacer público la inyección de ese dinero para salvar de una muerte casi anunciada a los de rojo y azul.